El congreso de la red iberoamericana de ciudades CIDEU, sigue su marcha con la llegada de nuevos participantes y ponentes que aportarán su experiencia en la tarea común de “repensar las ciudades” e incrementar su valor en forma de mejora de la calidad de vida de la ciudadanía.
En la sesión de trabajo de la mañana, representantes de Donostia /San Sebastián, Cuenca (Ecuador) y Zaragoza, dieron cuenta de las experiencias pioneras y de los proyectos que en cada ciudad se han impulsado con el objeto de avanzar en la línea de conseguir “Ciudades Cero Carbono”.
Propuestas e intervenciones muy diferentes para ciudades también muy diferentes a todos los niveles, desde la compra de terrenos realizada por Cuenca en torno a los 4 ríos que la cruzan --para garantizar que mantengan las condiciones idóneas para seguir surtiendo de agua el municipio y avanzar en la puesta a disposición de la ciudadanía de más zonas de disfrute- a la apuesta de Donostia por los “bidegorris”, la movilidad vertical y una ciudad “pensada con los pies”.
Carlos Orellana, concejal de Cuenca, dio cuenta de las intervenciones englobadas en el proyecto “Cuenca sostenible”, proyecto que tiene en la participación ciudadana uno de sus fundamentos. En una ciudad Patrimonio de Humanidad surcada por cuatro ríos, el municipio ha procedido a realizar una compra de terrenos en torno a los cauces fluviales para mejorar la dotación de zonas verdes de la ciudad, sumar parques infantiles, ciclo vías y evitar la lacra de los incendios forestales provocados.
Cuenca está ganando terreno para la ciudadanía con la puesta en marcha de un tranvía que entrará en funcionamiento a finales de año y estableciendo un plan peatonal para “reducir el colesterol” de unas vías colapsadas de tráfico, ya que es la ciudad con mayor crecimiento de vehículos al año de Ecuador.
Ordenanzas en torno a la contaminación ambiental o acústica han sido “apropiadas” por la ciudadanía, que será testigo de cómo, gracias a al relleno sanitario de una planta de basura y su reutilización para fabricar biogas, se reduce en 70 toneladas la emisión de CO2 al medio ambiente o se genera electricidad para surtir a 8.000 familias.
De una ciudad Andina al corazón de Aragón, donde el gobierno municipal está llevando a cabo experiencias pioneras en materia rehabilitación energéticamente eficiente en vivienda social, proyectos muy diferentes a los llegados de Ecuador pero con una coincidencia clave, la apuesta por la participación de la ciudadanía.
El teniente de alcalde, Pablo Muñoz, afirmaba esta mañana que “no existe un modelo sostenible de ciudad que no cuente con la ciudadanía”, que debe también de participar en la “gestión y el diseño” de las políticas públicas.
Muñoz explicó los proyectos New Old y Built Heat. El primero se ha aplicado en 85 viviendas y su diseño y aplicación se ha llevado a cabo de forma conjunta con los vecinos, quienes han decidido, por ejemplo, que el sistema de captación de energía (novedosas placas que surten de energía y agua caliente los hogares) sea común, pero el sistema de distribución sea casa por casa, para evitar problemas relacionales etc.
Pidieron también una iluminación de la parte inferior del patio interior. La solución, un tubo solar que acerca la luz del sol a los puntos más bajos del edificio.
El segundo proyecto, pionero y a prueba en Gran Bretaña, Italia y Zaragoza, cuenta con la participación de 15 empresas, empeñadas en el diseño de un sistema compacto a instalar en el interior de cada vivienda y que se conecta al sistema de distribución de energía, placas solares.
Objetivo, dar pasos en firme hacia la reducción de la pobreza energética, atendiendo las demandas vecinales y dando pasos en el “empoderamiento social” y el desarrollo de “buenas prácticas” desde la administración.
La recuperación de espacios verdes, la vivienda y en Donostia la movilidad sostenible, basada en los ejes de apostar por las peatonalizaciones, las redes ciclistas, la movilidad vertical y el transporte público no contaminante.
El director del departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Donostia, Josu Beneito, también habló del concepto de la ciudad “pensada con los pies”, una ciudad para andarse y pedalearse. Por ello Donostia, pese a lo reducido de sus dimensiones, cuenta con más de 60 kilómetros de “bidegorris”, se enorgullece de su itinerario peatonal de 6 kilómetros que conecta las tres playas y ha aumentado su dotación de aparcamientos subterráneos para liberar espacio en superficie.
Beneito aseguró que el próximo año Donostia incorporará a su dotación lo que denominó como “pasante ferroviaria”, que pasará por “debajo de la ciudad” y que pretende servir para “triplicar” el número de usuarios de la línea metropolitana de transporte ferroviario que conecta con Hendaya.
Sostenibilidad ha sido, en consecuencia, uno de los conceptos más escuchados en la mañana de hoy, una mañana muy provechosa en la que se han desarrollado sendos talleres en los que han tomado parte en torno a un centenar de personas compartiendo experiencias: retos y soluciones.