La conclusión: San Telmo promete y es un caramelo a disfrutar, poco a poco, y en infinidad de visitas. (Eso sí, los martes que es el día de puertas abiertas, ¡qué estamos en crisis!).
Empezamos por el final. Primeras impresiones sobre el museo nada más terminar la visita: "interesante pero largo", "a mí me ha gustado mucho lo que está en el medio con la hierba(es decir, el claustro) y el edificio es bonito", "explica muy bien como hemos evolucionado y con qué jugaban nuestros aitonas", "a mí me ha gustado el video de la princesa que subía por arriba y se escapaba del fuego pero, ¿qué princesa si no había ninguna? Sí, eh!". (Lo cierto es que hay niñas que ven princesas en todas partes…generación Disney, podríamos decir).
El Museo San Telmo, inaugurado en 1902, es el más antiguo del País Vasco. Tras varios años cerrado por las obras de ampliación y rehabilitación, San Telmo se ha reinventado, transformándose en Museo de Sociedad Vasca y Ciudadanía. El museo persigue la reflexión del visitante sobre el pasado cultural e histórico como germen de la sociedad actual, desde una visión multidisciplinar y abierta al diálogo y al debate contemporáneo.
Los niños captan ese mensaje (aunque no lo sepan) y sienten gran interés por los elementos que se muestran en la exposición permanente y cuyas versiones modernas conocen a la perfección (teléfonos antiguos, prehistóricos para ellos, bicicletas con ruedas de diferente tamaño, coches minúsculos o máquinas de coser de gran tamaño…).
´Historia y desafíos´, ´Signos de espiritualidad´, ´Huellas en la memoria´ y ´Despertar de la modernidad´ son los cuatro apartados en los que se divide la exposición permanente, siempre desde el punto de vista de la sociedad y la ciudadanía.
El punto de partida de la visita es la iglesia, en ella, a través de un espectáculo audiovisual se muestra la evolución histórica del edificio desde el siglo XVI, y su paso de convento a museo. El audiovisual es impactante y arranca con fuerza miradas hacia diversos puntos de la iglesia. Mantiene por momentos quietos a los más pequeños.
El claustro del museo con su hierba recién cortada, como si se tratara de un campo de golf, invita a descalzarse, a corretear de lado a lado, como si fuera un gran "parchis" y a tocar y manejar el único elemento móvil del claustro, unas hermosas piedras que decoran de forma ornamental los focos del suelo.
El viaje por la historia continúa en ´Despertar de la modernidad´ que presenta los siglos XIX y XX como tiempos de grandes transformaciones en la sociedad vasca, época en la que se concentran las principales claves para entender cómo se conforma la sociedad actual.
El deporte rural, el caserío, el folklore, o el papel de la mujer en el trabajo del lino aparecen en esa época de transición. La industria como motor de cambio hacia una modernización que supuso importantes transformaciones sociales, culturales, laborales y políticas, acompañadas de profundas crisis, que en varias ocasiones acabaron en conflictos bélicos, tiene su propia zona. Telares, máquinas para hacer boinas, taladros o pistolas y escopetas reflejo de la boyante industria armamentística aparecen junto a una Lambretta que se fabricó en Eibar o un legendario "seiscientos" que provoca las risas de los más mayores de los niños.
DATOS DE INTERÉS
HORARIOS DEL MUSEO
De martes a domingo: de 10:00 a 20:00
Lunes (no festivo) cerrado.
El museo permanecerá cerrado los días 1 y 20 de enero,
y 25 de diciembre.
PRECIOS
Entrada general. 5 euros.
Entrada reducida. 3 euros.
Entrada gratuita. Todos los MARTES del año.