Desde la Oficina de Estetegia de Donostia / San Sebastián, hemos querido aprovechar la visita para charlar con ella brevemente, ya que colaboró con la Oficina en el marco del Curso de Verano de la UPV El desafío demográfico y la respuesta de las ciudades en 2015, donde ya destacó "la necesidad de gestionar la diversidad como un imperativo empresarial y no como una moda pasajera".
Casanova es la fundadora del Instituto Europeo para la Gestión de la Diversidad, el cual investiga y da apoyo en la implantación de una política estratégica de gestión de la diversidad en regiones y ciudades, así como en empresas e instituciones. Desarrolló los Diversity Charters para fomentar políticas de igualdad, antidiscriminación y gestión de la diversidad en los estados miembros de la Unión Europea, y ha sido nombrada Diversity Pioneer y Diversity Legend por la revista Diversity Journal y la Federación de Profesionales de Estados Unidos, respectivamente.
¿Por qué es tan importante que las empresas integren esta visión de la diversidad en su estrategia?
La diversidad es la naturaleza de la humanidad. Las empresas las llevan hombres y mujeres, son un conjunto de personas. Y las personas somos diversas de forma visible, pero también no visible. Y esto es lo importante, porque para conocer a una persona tienes que conocer su parte no visible, su educación, preferencias, capacitación, entorno familiar, cultura, idioma… Esto es la diversidad. No es solamente un tema de género, los hombres y mujeres son diversos, y es importante potenciar estas diversidades para que generen innovación y no conflictos, que es lo que históricamente han creado. Pero esta visión de la diversidad no está suficientemente integrada en la sociedad, como muestran la cantidad de conflictos que tenemos en el mundo, algunos de ellos provocados por poderes que imponen su liderazgo con las armas, economía, etc.
¿En qué otros ámbitos consideras que es estratégico integrar esta visión sobre la diversidad?
Esta visión estratégica de la diversidad es especialmente importante en el mundo de la docencia. Todo empieza por aprender, la enseñanza, la cultura. Los niños pequeños tendrían que recibir formación inclusiva para aprender a respetar a los demás y no discriminar. Y en las universidades y en cualquier tipo de estudios, es enormemente importante llegar a dominar las metodologías de inclusión, porque es lo que hace la empresa eficiente. No es solamente un imperativo social, porque es justo tratar a las personas con equidad, también es un imperativo empresarial, porque mejora la innovación y asegura la continuidad de la empresa en entornos tan cambiantes.
¿Y por qué nos cuesta tanto integrar esta visión?
Porque Europa, y sobre todo España, tiene una cultura persistente al cambio. Cuando la comunidad científica en los 70 dictaminó que la diversidad iba a ser la característica más destacable del siglo XXI, quienes reaccionaron inmediatamente fueron las empresas norteamericanas, que montaron un panel con más de 500 empresas para estudiar este tema e incorporarlo en un nuevo sistema de gestión de personas. Y pasaron de segmentar a las personas por sus diferencias, a hacer lo contrario: unir a los empleados bajo unos objetivos comunes y gestionar sus diferencias potenciando la aportación de cada uno. Lo hicieron en los años 80, y el primer council o consejo de diversidad en Europa se montó en 1999 con empresas internacionales, más que con las nacionales. En Europa siempre ha costado más integrar esta visión.