Y lo hace además con nota, ya que los miembros del jurado que decidieron qué ciudades pasaban a la fase final destacaron que el proyecto donostiarra “les emocionó”. Esto hace que se coloque entre las grandes favoritas junto con Córdoba. Ahora toca trabajar duro para que lo que empezó como un sueño, se convierta en un “objetivo posible” teniendo muy presentes las recomendaciones realizadas por el jurado de cara a esta nueva etapa. Las seis ciudades preseleccionadas junto a Donostia-San Sebastián son: Córdoba, Burgos, Las Palmas de Gran Canaria, Segovia y Zaragoza. Ahora SÍ: comienza la cuenta atrás.
Cada una de las ciudades seleccionadas dispone de nueve meses desde que se conoció el fallo para concretar sus propuestas. Donostia-San Sebastián ha recibido elogios por “la elevadísima calidad de su programa” que el comité define como original en su presentación y considera que “refleja adecuadamente el entusiasmo de los habitantes de la ciudad por el proyecto”. Destaca la valentía de la candidatura donostiarra al abordar un problema local grave como es la violencia y el terrorismo. Se valora positivamente el equilibrio presupuestario y la participación del sector privado en la preparación de la candidatura. Como punto débil se señala en este apartado “que será necesario desarrollar más el presupuesto si la ciudad pasa a la segunda fase”. Así mismo, se añade que “el programa requerirá una mayor elaboración si la ciudad pasa a la segunda fase”. Todos estos son aspectos a mejorar en los próximos meses.
Androulla Vassiliou, Comisaria de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, felicitó a todas y cada una de las candidaturas que han pasado a la fase final para convertirse en Capital Europea de la Cultura 2016, incluida San Sebastián: “me congratulo de la calidad de las numerosas candidaturas recibidas para este título, pues da buena muestra del interés que suscita esta iniciativa europea”. Para el logro de este objetivo, será esencial, según apunta el comunicado de la comisaria europea que “las ciudades que siguen adelante demuestren, con mayor claridad que en la fase anterior, la dimensión europea de su proyecto y su capacidad para que la cultura ocupe el lugar central de su desarrollo a largo plazo”.
Para Kepa Korta, director-coordinador de la oficina de Estrategia de Donostia-San Sebastián es una gran noticia el pase a la fase final, más aun cuando la oficina que él dirige fue la que puso en marcha la candidatura donostiarra allá por el 2008, antes de que se creara la oficina de la Capitalidad en la etapa de Edorta Azpiazu, el que fue primer director de la candidatura.
“Esta ciudad necesita retos para que no se duerma en los laureles y 2016 (la capitalidad cultural europea) es un reto. Va a remover uno de los aspectos en los que esta ciudad ha sido un referente, y digo ha sido, porque ahora hay una competencia muy importante entre las ciudades”. Es la opinión de Korta que ve necesario “repensar y reinventar la oferta cultural para situarnos, otra vez, en la vanguardia cultural”. El director de la oficina de Estrategia de Donostia-San Sebastián matiza que es complicado y difícil afrontar el reto pero cree que “vamos a conseguir la Capitalidad pero en cualquiera de los casos el viaje merece la pena”.
La lluvia de felicitaciones y enhorabuenas a nuestra ciudad ha sido larga y notoria en las horas posteriores a conocerse la noticia. Desde la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia (embajadora de la candidatura donostiarra) hasta José Miguel Ayerza, secretario general de Adegi, pasando por ciudadanos anónimos, partidos políticos, alcaldes de otras ciudades etc. La decisión final la tomará el comité de selección (compuesto por trece miembros: siete designados por las instituciones europeas y seis por el Ministerio de Cultura) en junio o julio de 2011. En 2016 serán una ciudad española y una ciudad polaca las que ostenten el título de capital europea de la cultura. Santander, Cáceres, Oviedo, Pamplona, Tarragona, Málaga, Murcia, Alcalá de Henares y Valencia son las nueve ciudades que quedan fuera de esta apasionante carrera que algunos ya comparan con las emociones sentidas en las designaciones de las ciudades olímpicas. ¡Ójala Donostia-San Sebastián sienta esas mismas emociones dentro de nueve meses!