Se trata de una revolución silenciosa que avanzará a lo largo del siglo XXI y que demanda cambios importantes en nuestra sociedad e, incluso, en nuestro modelo de convivencia.
El envejecimiento de la población supone uno de los mayores triunfos de la humanidad y también, uno de nuestros mayores desafíos.
Es un triunfo desde el punto de vista de la salud y la sanidad ya que contamos con la esperanza de vida más alta de toda la historia y no solo vivimos más tiempo sino que además los hacemos de forma más saludable.
Y por otro lado, está el reto, el desafío de dar respuesta a una época que requiere un nuevo modelo social y que además supone una oportunidad, desde la perspectiva económica ya que se abre un amplio mercado de negocio vinculado a la salud, la vivienda adaptada a los mayores, la movilidad, el ocio y la oferta cultural.
El objetivo de la Unión Europea con la declaración del año 2012 como el año del envejecimiento activo y de la solidaridad intergeneracional es promover la creación en Europa de un envejecimiento activo y saludable en el marco de una sociedad para todas las edades.
Se entiende por envejecimiento activo el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen.
Permite a las personas realizar su potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras que les proporciona protección, seguridad y cuidados adecuados cuando necesitan asistencia.
El término "activo" hace referencia a una participación continua en las cuestiones sociales, económicas, culturales, espirituales y cívicas, no sólo a la capacidad para estar físicamente activo o participar en la mano de obra.
Las personas ancianas que se retiran del trabajo y las que están enfermas o viven en situación de discapacidad pueden seguir contribuyendo activamente con sus familias, semejantes, comunidades y naciones. El envejecimiento activo trata de ampliar la esperanza de vida saludable y la calidad de vida para todas las personas a medida que envejecen, incluyendo aquellas personas frágiles, discapacitadas o que necesitan asistencia.
El término "salud" se refiere al bienestar físico, mental y social expresado por la OMS en su definición de salud. Por tanto, en un marco de envejecimiento activo, las políticas y los programas que promueven las relaciones entre la salud mental y social son tan importantes como los que mejoran las condiciones de salud física.
El continente europeo es uno de los más envejecidos del mundo. Y Donostia/San Sebastián al igual que toda la CAV cuenta con una de las pirámides de población más invertida de Europa.
La esperanza de vida ha aumentado progresivamente; en 2008 se situaba en 77,2 años en los hombres y 84,3 años en las mujeres para el conjunto de la CAV.
En Donostia/San Sebastián, uno de cada cinco ciudadanos tiene 65 años o más (datos diciembre 2010).
Pero, donde, se produce una brecha importante es en las cifras que hacen referencia al género, ya que 3 de cada 4 donostiarras mayores de 85 años son mujeres, y en la franja de mayores de 65, 2 de cada 3 son mujeres.
El envejecimiento demográfico augura trascendentales consecuencias de índole socioeconómica, en el sistema de bienestar y el sistema de pensiones, crecientes demandas en servicios sociales y asistenciales, en la sanidad; tendrá igualmente impacto en el mercado de trabajo, en las familias y en el ocio, en las demandas residenciales, en la investigación, etc.
Donostia/San Sebastián, ciudad que promueve el Envejecimiento Activo
Donostia/San Sebastián ha sido la primera ciudad del estado en formar parte de la Red de Ciudades Amigables con la Edad, que promueve la OMS a nivel mundial.
San Sebastián ingresa en esta Red a partir de un trabajo de investigación llevado a cabo en 2009, coordinado por la oficina de Estrategia de Donostia/San Sebastián en colaboración con Matía Fundazioa y el departamento de Bienestar Social del Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián.
El compromiso con la entrada en esta organización se centra en contribuir a crear entornos urbanos que permitan a las personas conservarse activas y saludables.
El plan estratégico de Donostia/San Sebastián, E2020DSS, se plantea el envejecimiento activo y el reto de dar respuesta a la evolución demográfica que nos viene como elemento transversal que afecta a los cuatro ejes que conforman la estrategia de ciudad y que supone, en sí mismo, un reto y un desafío al que hacer frente en las próximas décadas.
Pero es también una oportunidad única de negocio ya que este sector generará cerca de 3 billones de euros en los próximos años (según estimaciones del Gobierno Vasco).
Serán necesarias nuevas soluciones en el ámbito de los cuidados y la prevención, a través de la tecnología y la investigación científica, pero también nuevos modelos de atención que permitan a las personas con enfermedades crónicas ser más independientes.
Surgen además necesidades diferentes en áreas como el ocio y el turismo, el aprendizaje, la movilidad y la alimentación.
Por otra parte, existe una urgente necesidad de buscar soluciones en el ámbito socio-sanitario, ya que se estima que los sistemas de salud actuales no podrán dar respuesta a las exigencias de una población cada vez más mayor.
Los nuevos modelos de gestión socio-sanitaria plantean una atención centrada en el hogar y en la prevención, permitiendo así mantener la independencia de las personas durante más tiempo.
La perspectiva de una vejez activa va más allá de lo puramente relacionado con la salud y la sanidad, y demanda el desarrollo de soluciones a la movilidad de estas personas (en especial en las periferias de las ciudades), buscar fórmulas para adaptar el trabajo a una vida laboral previsiblemente más larga, y plantear nuevas ofertas de ocio y aprendizaje a lo largo de toda la vida.
En el plan estratégico E2020DSS son varios los objetivos y proyectos que hacen hincapié en asegurar y promover el envejecimiento activo desde diferentes perspectivas.
EJE A. DISEÑADO EN DSS
Innovación, Conocimiento, Ciencia, Tecnología…San Sebastián ha ido construyendo en los últimos años una nueva ciudad asociada a estos términos como actividades de futuro.
El envejecimiento de la sociedad actual abre un abanico de nichos de negocio en el que Donostia quiere ser referente internacional con la creación de un Polo de Innovación en Envejecimiento y siendo la sede del Centro Nacional de Investigación en Envejecimiento.
Potenciar la investigación, el desarrollo y la innovación en el ámbito del envejecimiento (salud, discapacidades, tecnologías, servicios culturales, deportivos, etc.) e impulsar el sector empresarial relacionado con este ámbito sería uno de los objetivos a cumplir en la próxima década.
El proceso de envejecimiento conlleva uno de los mayores retos de los próximos años a nivel asistencial, pero también a nivel de usos culturales, del ocio, del deporte, etc. En este sentido, es resaltable el posicionamiento de Donostia-San Sebastián y el territorio de Gipuzkoa para generar investigación, desarrollo e innovación en este ámbito.
La necesidad se convierte en oportunidad.
EJE B. PERSONAS-VALORES
Se trata de eso que denominamos “intangibles” pero que son trascendentales para la evolución positiva de Donostia/San Sebastián.
Los retos a los que nos enfrentamos requieren una sociedad fuerte y cohesionada, con un funcionamiento en red que nos permita socializar la innovación, manteniendo una implicación con segmentos que tienen mucho que aportar como el colectivo de mayores con una visión más colaborativa y proactiva que permita liderazgos capaces de atraer e impulsar proyectos.
Este proyecto persigue favorecer la integración intergeneracional con políticas y acciones que ofrezcan oportunidades a la juventud y sean solidarias con los y las mayores, incorporándoles a la vida activa de la sociedad.
Destacan varios aspectos:
- Referente Internacional. La ciudad ha constituido, junto a otras ocho ciudades del mundo, la Red de Ciudades Amigables con la Edad (Age Friendly Cities). Este posicionamiento, junto a las políticas iniciadas en orden a llevar a cabo actuaciones decididas en este campo, son una oportunidad para ser un referente internacional en este ámbito.
- Fomento de la relación intergeneracional. El aumento significativo del número de personas mayores y, entre éstas, de personas formadas, constituyen características relevantes de la sociedad donostiarra en la próxima década.El fomento de la relación intergeneracional permitirá una sociedad más cohesionada y más implicada en la atención a los y las mayores. Asimismo, servirá para la transmisión del conocimiento y experiencia de las personas mayores, aportándoles también, un mayor y mejor conocimiento de las inquietudes de la juventud y de sus nuevos conocimientos.
- Fomento del Envejecimiento Activo. El potencial de las personas de edad es una sólida base para el desarrollo futuro. Permite a la sociedad recurrir cada vez más a las competencias, la experiencia y la sabiduría que las personas de edad aportan, no solo para asumir la iniciativa de su propia mejora sino también para participar activamente en toda la sociedad.
- Impulso al voluntariado-Portales Solidarios. La sociedad donostiarra no va a poder atender a las personas mayores con el nivel de asistencia que requieren, especialmente a las más mayores que aumentarán en número y contarán con un menor nivel de apoyo familiar, por lo que, sólo desde una ciudadanía solidaria se podrá llegar a aportar un nivel asistencial suficiente.
Todo un reto para una sociedad que ha de plantearse si el sistema de protección pública, tal y como se concibe en la actualidad, será suficiente. Sólo una sociedad solidaria, cercana al mayor, a los más vulnerables, podrá sustentar un sistema que necesita a la vecina, o al vecino, como base de apoyo cercano.
En este sentido, resulta fundamental poner en marcha iniciativas solidarias como el proyecto Portales Solidarios de Cruz Roja Gipuzkoa que lo que persigue es sensibilizar desde las bases sobre la importancia de ayudar, de "estar ahí", de ser solidario con las personas que tenemos más cerca.
Nacido en 2005, este proyecto cuenta hoy día con 4000 portales solidarios adheridos en ocho localidades guipuzcoanas y está considerado modelo innovador de participación ciudadana con criterio social.
Por primera vez en más de cien años se habla del aumento de la edad de jubilación para sostener el sistema de pensiones. El incremento espectacular de la esperanza de vida y de población mayor de sesenta y cinco años va a condicionar el futuro de nuestra ciudad.
Proyecto DSS ACCESIBLE.
Acciones dirigidas a la mejora en la calidad de vida de todas las personas, con especial atención a las personas con discapacidad en los ámbitos escolar, laboral, de acceso a la vivienda, apoyo al voluntariado y al tejido asociativo, etc.
EJE D. VIVIR Y DISFRUTAR
Cada vez más, las reflexiones sobre el futuro y la estrategia de las ciudades incorporan factores relacionados con la calidad de vida, identificando y actuando sobre los elementos fundamentales para facilitar la “felicidad” de la ciudadanía. En este contexto parece imprescindible tener en cuenta a los más desfavorecidos o a los que menos fácil tienen el acceso a esa calidad de vida.
Proyecto SAN SEBASTIÁN INCLUSIVA.
Este proyecto plantea dos objetivos a cumplir a largo plazo:
Asegurar una red de servicios asistenciales que permita dar respuesta a los nuevos retos planteados en la sociedad con el aumento de la población de mayores, solos y más longevos, nuevas circunstancias de vulnerabilidad, personas con dificultades, familias monoparentales, inmigrantes en riesgo de exclusión,…
El aumento de la longevidad, de las familias monoparentales, la disminución del tamaño de la unidad familiar van a ser elementos fundamentales en el devenir de Donostia en las próximas décadas.
Preparar la ciudad para esa situación es una prioridad que deberá complementarse con políticas activas para resolver estas cuestiones en otros niveles institucionales. Así por ejemplo, la necesidad de habilitar Centros de día y Residencias de ancianos debe conllevar la reserva de suelo en el planeamiento urbanístico destinado a tal fin en un entorno lo más próximo posible a su lugar de residencia.
Asimismo el envejecimiento de la población conlleva la necesidad de promover políticas de accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas a lo largo de toda la ciudad, donde el Plan de Accesibilidad de la ciudad ha de servir como punto de partida.
Impulsar la potenciación de servicios de proximidad tanto públicos (sociales, culturales, educativos, deportivos, sanitarios, etc.) como privados (comercios, etc.), para todas las personas, teniendo presente sus necesidades específicas y en el conjunto de la ciudad, facilitando la generación de espacios de convivencia y fomento de la relación entre la ciudadanía.
Donostia/San Sebastián ha promovido durante años la creación de centros de proximidad en los distintos barrios de la ciudad, habiendo creado una malla de centros culturales, deportivos y educativos, ubicados de forma que han desarrollado nuevas centralidades en los propios barrios.
Las nuevas formas de planificación de la complejidad urbana señalan la necesidad de tener en cuenta factores como el comercio de proximidad, las actividades que generan relación entre las personas de los barrios, la “mixticidad” de usos en el territorio, la generación de espacios públicos, etc. buscando una relación entre la ciudadanía que genere un mayor capital social.
Estos espacios y actividades que posibilitan el encuentro son vitales para la creación de redes sociales y asociaciones que permitan la generación de proyectos y actividades colectivas. Este proceso de socialización es, también, una potente herramienta para conseguir una sociedad más cohesionada. Los servicios de proximidad cumplen un papel de primer nivel en la calidad de vida de los y las donostiarras. Son bien valorados aunque adolecen de cierto grado de desigualdad en determinadas áreas/barrios en cuanto a su accesibilidad y al mantenimiento de los nexos de relación social.
En resumen, el fenómeno imparable de una sociedad envejecida es y será en las próximas décadas uno de los mayores desafíos a los que deberá hacer frente cualquier ciudad, región y país de Europa.
Adelantarse a las necesidades y oportunidades que supondrá es fundamental para dar con la mejor de las respuestas posibles.
Donostia/San Sebastián es consciente de los cambios sustanciales que se van a dar en las próximas décadas, en la sociedad, y quiere estar a la cabeza de la innovación en el envejecimiento activo.
