La prolongación de la ciudad hacia el Urumea sería el mejor proyecto de futuro para la ciudad
Maño de nacimiento lleva en Donostia/San Sebastián muchos años implicado en el trabajo a favor de su barrio, Txomin. En enero de 2013 recibió la medalla al Mérito Ciudadano de Donostia por toda una vida dedicada al tejido asociativo de Txomin-Enea y de la ciudad en general.
Joaquín Pérez es desde febrero presidente del Consejo Social de Donostia/San Sebastián, una función que desempeña con entusiasmo en un órgano que asegura es necesario para la ciudad.
El pasado mes de febrero fue nombrado Presidente del Consejo Social de Donostia.
¿Cómo han transcurrido estos meses? ¿Se imaginaba así la labor del Consejo Social?
Al principio de mi mandato tenía más tiempo de dedicación. Creo que el Consejo Social es necesario, sobre todo, más por el tema de formación que por la fiscalización de lo que puede ser el alcalde y el gobierno municipal. Las ideas se ponen sobre la mesa pero a veces es complicado llevarlas a cabo. Todo el mundo tiene su trabajo y la dedicación a las reuniones, a veces, es complicada. Todas las ideas que surgen en la Comisión permanente o en el Plenario del Consejo Social, hay que estudiarlas, valorarlas e intentar llevarlas a cabo.
En estos meses, desde que es presidente, se han centrado en establecer las bases para la renovación del Consejo Social. ¿Cuál es la prioridad, el objetivo que se persigue con dicha renovación?
Lo que perseguimos es que el Consejo Social sea operativo, sobre todo la Comisión Permanente. Y que se pueda plasmar una información fehaciente, con unos agentes sociales válidos, para la formación de este Consejo.
A finales de junio, si se cumplen los plazos previstos, culminaría la fase de exposición de esta renovación y la propuesta tendrá que ser aprobada por el Plenario del Consejo Social y ratificada, después, por el Pleno del Ayuntamiento.
Hay una serie de agentes sociales que no están, todo el tema socio-sanitario, llámale Hospital, Oncológico etc. que deberían incorporarse al Consejo Social.
¿Qué consecuencias va a tener en la ciudad y en el propio Consejo la renovación del órgano?
Pienso que como el poder lo tiene el propio Pleno municipal dependerá del valor político que le quieran dar y si verdaderamente quieren dotar al Consejo Social de una mayor proyección en cuanto a independencia y a tenerlo en cuenta. Al final es el Pleno el que va a decidir si lo que estamos tratando en las reuniones que mantenemos en la Comisión Permanente es válido o no y, si se acepta o no.
Desde su punto de vista, ¿Cómo está la ciudad, vista desde una perspectiva social?
Lo que es el centro muy bonito, muy ñoñostiarra, como nos critican los “giputxis” pero algunos barrios están dejados.
Aunque hay que decir, en pro del gobierno municipal que se ha volcado en los barrios que llevamos tiempo demandando una mayor implicación económica tanto a nivel de infraestructuras como a nivel social. Es el caso de Loiola, Txomin, Martutene o Alza.
Sé que lo están haciendo, que tienen muy en mente implicarse más en estos barrios más degradados.
El Consejo Social de la ciudad es el máximo órgano consultivo de participación. Tiene además entre sus funciones que elaborar informes, presentar estudios sobre el estado de la ciudad...
Una vez quede renovado el Consejo Social ¿cuál será el siguiente paso? ¿Su próxima misión?
Mientras tanto se está trabajando en presentar al propio Consejo Social, al propio Ayuntamiento e incluso a la ciudadanía, el Estudio sobre la situación social de la ciudad. Es un tema importante y que todos los estamentos deben tener en cuenta. Es un estudio muy bien elaborado por el Plan Estratégico de Donostia/San Sebastián y será el siguiente paso en el Consejo Social. Y a su vez, la próxima misión también será la puesta en marcha de la Comisión Delegada del Plan Estratégico, que es en última instancia el órgano al que el Plan Estratégico debe dar cuentas.
La oficina de Estrategia de Donostia/San Sebastián trabaja con miras a la ciudad que queremos ser de aquí a diez años. ¿Cómo se imagina Donostia dentro de diez años? ¿Cómo le gustaría que fuera?
Con la idea de la prolongación de la ciudad hacía el Urumea. Es el mejor proyecto posible para la ciudad. Desarrollo del PERI de Txomin, del Peri de Martutene y toda la vega del Urumea encauzada y evitando el tema de las inundaciones. Esa sería mi mayor felicidad.
La proyección de la ciudad sobre el río.
¿Cómo es un día en la vida de Joaquín Pérez?
En estos momentos bastante complicado. Venía de una situación de paro y me ofrecieron incorporarme a un nuevo proyecto. La verdad es que ando bastante liado entre reuniones, el propio trabajo y asimilando toda la información que requiere el nuevo puesto.
¿Cuáles son sus aficiones, sus pecados confesables?
Se centran en la relación con los demás, actividades vecinales y poco más. Dedicarme a los trabajo de sociedad y colectivos.
A excepción de los viernes por la tarde, que suelo ir con la cuadrilla para estar un poco al día de cómo les va, el resto de mi tiempo libre lo dedico al trabajo social.
Al hilo de esto, usted dijo en un entrevista reciente “Soy de los que piensa que no basta con trabajar para uno mismo que hay que trabajar para el colectivo”. ¿Qué les diría a esas personas que piensan lo contrario y que no miran más allá de sus propios intereses personales?
Siempre digo que lo que tiene que hacer una persona es estar a gusto consigo misma. Si lo que hacen les llena, feliz por ellos. Pero creo que se sentirían más realizados siempre intentando hacer algo por los demás. Envidio a la gente que se dedica al tiempo libre, al tema de actividades sociales, monitores, voluntariado, ONGS. Para mi tienen mucho mérito todas aquellas personas que dedican su tiempo a los demás, en cualquier faceta de la vida.
¿Una ciudad para vivir?
Donosti, no soy de Donostia (entre risas).
¿Una ciudad para visitar?
Para visitar, no le llamaría ciudad, es más una villa: Sos del Rey Católico, mi pueblo natal.
¿Un lugar al que retirarse a descansar?
Sos, sin duda.